Érase una vez

 Érase una vez en el estado Aragua, Venezuela una niña pequeña, que esperaba todas la noches a que su padre llegara del trabajo para leer un cuento juntos antes de dormir, del enorme libro de historias para niños que compraron el mismo año de su nacimiento. Ésto fue despertando en ella un hermoso amor por la lectura creciendo cada día más y más. 

Cuando finalmente se agotaron los cuentos del magnífico libro la niña y su padre comenzaron a crear sus propias historias, llenas de fantasía, protagonizadas por increíbles personajes alegres y heróicos, siempre encontrando la manera de salvar el día, dichas aventuras alimentaron su mente, llenando la de imaginación. 

Con el paso de los años la pasión por la lectura de la niña sólo fue en aumento, pidiendo libros para sus regalos de navidad y cumpleaños, siempre viviendo los relatos en carne propia, riendo, llorando o gritando junto a ellos.

Luego gracias a su gusto por los libros nació un amor incondicional por la escritura, si bien la niña disfrutaba experimentar múltiples vidas creadas por sus autores favoritos, le fascinaban imaginar un universo propio, en donde ella era la protagonista de todas las fabulosas aventuras que iban surgiendo, creando los más interesantes compañeros y paisajes en el trayecto. Cada año la imaginación de la niña crecía aún más, desarrollando sus habilidades en un pequeño cuaderno de escritura que guardaba con mucho cuidado, evitando que alguien viera en su interior y pudiera criticar el mundo que con tanto cariño había creado, el cual representaba sus sueños, metas, emociones, personalidad, bueno una extensión de sí misma. Aunque su mamá siempre se las arreglaba para ojear su contenido, siendo su primera y principal fan.

Hoy en día esa niña pequeña es una adulta jóven, que sigue amando la lectura y escritura, con el agregado de un nuevo interés investigativo. Siendo la principal razón por la cual decidió estudiar comunicación social, carrera que le permitirá transmitir su pasión, contribuyendo con la sociedad ayudándola a comprender lo que sucede en el mundo que los rodea, a través de un punto de vista único (el suyo).

Mientras crecía poco a poco fue aceptando algunos de sus temores y aperturó un espacio en el cual abrirse, sin importar críticas u opiniones, al fin y al cabo ese lugar sería un vistazo de quién es ella como persona y no le puedes agradar a todos concluyó.

Actualmente ella sigue dando su máximo esfuerzo para alcanzar sus metas, sabe que no va a ser fácil, pero eso no la detiene, ya que siempre trabaja con determinación para lograr todos sus sueños.

Historia/anécdota personal

De: Marian Aparicio, la niña pequeña y adulta jóven🌺